Hace poco viendo un programa de televisión, muy famoso, escuchaba
con detenimiento como entrevistaban a un profesional de la psicología que
hablaba de superar el miedo escénico, sus opiniones eran lo que se oye de
manera común: "lo fundamental es conocer el tema del cual se debe hablar,
porque ello da la seguridad necesaria para poder dirigirse a un público".
Días después en una revista dominical se abordaba el mismo tema y la sugerencia
básica era algo similar "hable de lo que sabe y así usted logrará controlar
el miedo escénico".
Ambas situaciones, sumadas a unos comentarios de amigos, me
hicieron reflexionar sobre cuál es la importancia de conocer el tema para
controlar el miedo escénico, hasta llegué a ocupar a un profesor de oratoria para poder dar mi opinión.
En tal sentido, considero que es necesario que todos aquellos que
sufrimos de miedo escénico le demos la importancia que se merece el tema, pero
no más de la debida y necesaria, el tema es esencial pero no es ni lo más
importante, ni es el todo para controlar el miedo escénico. Porque surge la
interrogante con aquellos que deben hablar de sí mismos, conocen el tema, pero
aún sienten miedo escénico o los estudiantes que poseen la información
necesaria para exponer un tema pero olvidan todo por no controlar el miedo
escénico.
Siguiendo las enseñanzas de la Escuela Venezolana de Oratoria, recomiendo que si deseamos controlar el miedo escénico debemos hacerlo como quien sube a una escalera, entendiendo que al dar el primer paso no se haya llegado al límite, solo se a iniciado un recorrido. Donde nuestro paso inicial sea estudiar el miedo escénico, qué lo produce, cómo se manifiesta, para poder controlarlo, así cuando lleguemos al peldaño siguiente, el tema, tengamos el control necesario del miedo para poder compartir nuestras ideas con claridad y coherencia.
En conclusión, controlar el miedo escénico no se basa en conocer el tema, se basa en conocer del miedo escénico, porque no se controla lo que no se conoce.
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