Cuando
un profesional engaña a su público deja de ser un profesional. En materia de oratoria
cuando un artista ofrece un producto y el mismo resulta en perjuicio para el
auditorio, no podemos llamarlo artista o profesional.
Te
aclaro que este artículo es una denuncia. Sí, porque en la actualidad, por
recomendaciones de marketing y para ser tendencia en el mercado, llegamos a
abusar del público, robando su tiempo y su dinero y eso lo hacemos amparándonos
en la publicidad engañosa.
Aquella
máxima que afirma con el público no se juega, ni en el juego es algo que los
oradores novatos debemos cumplir. Muchos en busca de atraer asistentes a nuestras
presentaciones recurrimos a prácticas delictivas, ejemplo de ello es cuando ofrecemos
en la publicidad de una conferencia el abordaje de un contenido que no llegamos
a desarrollar, en otros casos, ofrecemos unos beneficios inmediatos para
quienes asistan a nuestras presentaciones, beneficios que no llegamos a
cumplir.
Es
verdad que toda publicidad tiene como objetivo primario lograr en el oyente que
se despierten sus deseos y necesidades por comprar, adquirir o participar en
aquello que publicitamos, lo cual no tiene nada de malo, como sucede cuando publicitas
una conferencia: Como hablar en público
para triunfar, por ejemplo, el público esperará ansiosamente que les
facilitemos las herramientas necesarias para ser un triunfador al hablar en público, pero imagínate que en vez
de eso, como le sucedió a un amigo en una actividad, la conferencia que lleva
ese título sea un encuentro de oración por los enfermos o desempleados.
Debemos
esforzarnos por evitar toda falsedad. Hablamos, anunciamos, predicamos de
conformidad con lo que publicitamos y lo que vivimos. Allí la clave. Somos profesionales o
artistas que estamos para edificar no actuemos para defraudar y te aseguro que
el público lo agradecerá.
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