jueves, 12 de septiembre de 2024

Comentario Versátil

Era un juego extraño el que habían iniciado. Él, con su sonrisa boyante y sus ojos desentendidos, se acercó con halagos y atenciones. Ella, con su aire enigmático y sus respuestas esquivas, lo mantenía en vilo.

Él le ofrecía compartir y ella, con una sonrisa tímida, le respondía: "quizás otro día". Cuando la invitaba a clase, ella decía: "iré, pero no como tu alumna". Si la tomaba de la mano, ella no la retiraba, pero tampoco la apretaba con más fuerza.

Cada una de sus respuestas era una puerta que se abría a un nuevo laberinto de posibilidades. Era como intentar descifrar un acertijo sin tener las piezas completas. Él estaba cada vez más intrigado, más obsesionado por entenderla. ¿Era coquetería? ¿Indecisión? ¿O acaso estaba jugando con él?

Ella disfrutaba de su desconcierto. Le gustaba verlo retorcerse ante sus palabras ambiguas. Era un juego peligroso, pero a ella le proporcionaba una extraña sensación de poder. Se sentía como una diosa caprichosa, decidiendo el destino de su adorador con cada sílaba. Lo dejaba acercarse porque él era un chico inteligente, capaz de entender el mensaje si realmente quería, por eso cuando le pidió permiso para soñarla, respondió: "lastimosamente no tengo control sobre los sueños", para luego aclarar que no era una prohibición.

La verdad era que ella no estaba apostando a un futuro, porque sabía que él tampoco. Le atraía, sí, pero era solo eso. 

Y así, el juego continuó. Él, cada vez más insistente, y ella, cada vez más evasiva. Era un baile peligroso, un juego de seducción que podía terminar en llamas o en cenizas. Solo el tiempo diría cuál porque la gran respuesta fue: acepto salir contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario