Estudiar oratoria es acceder a un mundo mágico, hermoso, de
parajes sorprendentes, de luz vibrante y aires siempre frescos, pero muchas
veces no comprendemos que ese estudio no está condicionado a lugares, épocas u
horas del día.
Es por ello, que deseo compartirte 5 cosas que podemos hacer de manera
común y que también es estudiar oratoria:
1ro.- Leer. Un Orador debe estar en constante lectura, porque esto ayuda a
aumentar nuestro vocabulario, incrementa la
fuerza de los tejidos del cerebro ya que es estimulado
regularmente, ademas de permitirnos estar en contacto con nuevas ideas y en
permanente aprendizaje.
2do. Ver vídeos
o asistir a conferencias. Ver a
oradores y conferencistas es una de las mejores inversiones que podemos hacer
como estudiantes de oratoria, porque podemos observar cómo es la aplicación de
las técnicas que estudiamos y así tomar notas para crecer y mejorar. También es
un ejercicio de humildad, el asistir es ya un acto de reconocer la calidad, la
belleza y la fuerza del mensaje de otros artistas de la palabra hablada.
3ro. Entrenar la voz. Sí. Un orador usa su voz como medio de
trabajo y por tanto debe dedicar tiempo a entrenarla, con el objetivo de
mejorar la modulación, la entonación y la inflexión, para que al estar frente a
un público podamos de manera efectiva transmitir emociones. Eso toma tiempo y
muchas veces es desvalorado.
4to. Entrenar la respiración. En el punto anterior hablé de la voz
como medio de trabajo para el orador, ahora quiero complementarlo con la
importancia que tiene que ejercitemos la respiración. Saber respirar bien y convertirlo en una rutina, aumenta la capacidad de
concentración y la autoconciencia física y mental, evita ataques de
ansiedad, ira o pánico y ayuda a conseguir serenidad, equilibrio emocional y
fortaleza física.
5to. Improvisar
discursos. Muchas veces le toca al orador
desarrollar ideas, abordar temas que no estaban propuestos, aplicar técnicas
que no tenía establecido para un momento en específico y es allí donde se ve la importancia de practicar
improvisaciones, porque ayudan a
agudizar el ingenio, facultan para ampliar ideas, estimulando la creatividad.
Como dijo William Shakespeare “las improvisaciones
son mejores cuando se preparan”.