Ahora bien, en nuestra cotidianidad los
utilizamos para expresarnos, pero también los recibimos al comunicarnos. Un
ejemplo de ello es cuando alguien muere, en presencia de un familiar es más
seguro que digamos que “paso a mejor vida”, en lugar de afirmar que murió,
pero podemos leer en la prensa que hubo un “deceso”, pero si estamos entre
amigos, en un argot coloquial, de pronto afirmemos que fulano de tal «estiró
la pata».
Aquella hipótesis que afirma que “el lenguaje construye la realidad” hoy tiene mucha vigencia y el uso indiscriminado de los eufemismos así lo demuestra, porque esos eufemismos falsamente piadosos: «negro» se cambia por «afroamericano», otros dirán «de color», ya no diremos «viejos», sino «adultos mayores» o «tercera edad», esconden intenciones que nada tienen que ver con una equidad social, sino con la construcción de mesías que impondrán agendas, controlaran medios y perseguirán a quienes no acepten “sus medidas dignificadoras”, por no llamarlas imposiciones intolerantes.
Avancemos, desde el conocimiento útil y evitaremos caer en trampas mal intencionadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario